Introducción



Contemplar los dibujos, pinturas, figuras y grabados creados por nuestros alumnos y alumnas resulta un verdadero placer. Difícilmente podemos permanecer insensibles a su encanto.

Son obras singulares, ingenuas, significativas, personales, sorprendentes y lúdicamente espontáneas. Rebosan naturalidad, pureza, frescura, intensidad, improvisación, expresividad, originalidad…

Sus autores, estos pequeños artistas, ignorando ciertas reglas que condicionan la libertad representativa de los adultos, se expresan con una pureza instintiva admirable. En ellos la expresión se encuentra en un estado de total autenticidad.

Sus representaciones gráficas son principalmente, un medio para explicarse a sí mismos, reflejando la esencia de las cosas que les rodean y que ejercen sobre ellos una impresión intensa. Nos cuentan, no como las ven físicamente, sino cómo creen, sienten o saben que son y lo hacen con una sinceridad tal que, a veces, puede llegar a ser inquietante.



Una cualidad muy propia de sus creaciones artísticas es la “ingenuidad”. Herbert Read define la ingenuidad como “el ojo inocente”, un ojo no influido por el pensamiento racional, un ojo que acepta la correlación de  incompatibles.

Al considerar un dibujo como ingenuo, queremos señalar cierta visión peculiar de los niños y de ciertos adultos que conservan esta facultad. Podemos decir que sus dibujos y trabajos artísticos han sido creados a través de “la mirada ingenua”.

Sus manifestaciones plásticas nos sorprenden, agitan nuestra sensibilidad, nos conmueven y nos deleitan. Crean obras que antes no existían y son obras de arte sin ser conscientes  de ello. Es un arte singular y podríamos hablar de arte infantil, sin embargo muchos de ellos, sobrepasando la edad de la infancia y de la adolescencia, en sus manifestaciones artísticas y en su pensamiento, la ingenuidad persiste y les acompaña a lo largo de toda su vida. Ellos son creadores de Arte Ingenuo y, muchas de estas obras, son verdades poéticas que sólo ellos pueden expresar.

Estos artistas ingenuos hacen visibles cosas invisibles, inaccesibles o nacidas de la fantasía. Son capaces de convertir lo opaco en transparente. Saben lo que hay en el interior de las casas y dibujan las sillas, las mesas, las lámparas y las personas que la habitan. Incluso, saben cómo es el rostro de la Luna y del Sol. 



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